Superando el temor de ser diagnosticada como COVID-19 positiva

"Luego el gran cansancio que te empieza a dar que crees que ya no podrás continuar con lo que haces, hasta que obligadamente la enfermedad te lleva a estar postrado unos días".

Lo primero que pasó por mi mente fue temor. Tenía la duda de dónde me contagié del virus. En mi caso, por tener una enfermedad en tratamiento -un cáncer de mama diagnosticado unos meses antes- me impactó fuertemente. Pero recordé que Dios no me había dejado en todo el proceso, así que me llené de valor y me dijeː es hora de luchar una vez más.

Mi rutina dio un nuevo giro. Sabía que en los próximos días la respuesta de mi organismo era incierta y me tenía que aislar completamente de la familia, en casa, encerrada en mi habitación en completa soledad. Yo ya estaba en aislamiento debido a mi condición previa, pero andaba circulando de un lado al otro de la casa. Sin embargo, al ser diagnosticada con COVID-19 sabía que tendría que quedarme únicamente en mi habitación. Ahora debía dedicarme a tomar todas las medicinas que recomendó el médico, los tés, las vitaminas, la desinfección diaria y profunda del cuarto y luego es inevitable: llega el gran cansancio que te hace sentir que ya no podrás continuar con lo que haces, hasta que obligadamente la enfermedad te lleva a estar postrada unos días.

Entonces es cuando más se debe ser humilde y pedir ayuda a la familia.

"Luego el gran cansancio que te empieza a dar que crees que ya no podrás continuar con lo que haces, hasta que obligadamente la enfermedad te lleva a estar postrado unos días".
“Luego el gran cansancio que te empieza a dar que crees que ya no podrás continuar con lo que haces, hasta que obligadamente la enfermedad te lleva a estar postrado unos días”.

Afortunadamente existen los teléfonos celulares y todas las aplicaciones para comunicarnos. Ahora que lo veo hacia atrás, pienso que es hasta divertido, pero en esos momentos fue muy complicado, ya que de habitación a habitación nos comunicábamos con mi esposo a través del teléfono, el WhatsApp y otras aplicaciones. Igualmente con mi familia que está lejos de casa.

Lo más difícil de superar son los pensamientos negativos. Esta enfermedad pienso, aunque no está comprobado científicamente, pero lo he discutido con otras personas, que seguramente debe producir algún cambio bioquímico que te hace sentir que te baja la energía y los pensamientos empiezan a ser oscuros, negativos. Te sientes mal física, emocional y espiritualmente.

Algo que me ayudó a superar estas emociones fue la fe en Dios. Luego tuve una actitud positiva y sabía que el virus iba a salir de mi cuerpo, que lo vencería. Recordar el amor de mi familia, y las cosas pendientes que tengo por hacer en esta vida me mantuvo con ánimo. No me iba a dejar vencer, sabía que Dios me sostenía. 

Este virus es ingrato porque nos separa físicamente y nos aísla. Recibir muestras de afecto, amor y cuidados son importantes que la familia te los brinde, independientemente de los medios. Tuve la fortuna de recibir estos gestos de formas diversas. En mi caso, recibí cuidados de mi esposo. Mi hija y su prometido también tuvieron la gentileza de traernos la comida para una semana, porque nosotros ya no estábamos en condiciones de hacerla.

La familia que tiene a un enfermo en casa, debe extremar las medidas de higiene y desinfección de los baños, la ropa de cama cambiarla cada dos días, seguir los consejos que dan, como el lavado frecuente de las manos,  usar mascarilla, etc. En fin, deben revestirse de amor, porque también son vulnerables y lógicamente también tienen miedo y preocupación. Llevar control de los medicamentos, signos vitales como el nivel de oxigeno, presión arterial, temperatura,  anotarlos y reportarlos a su médico tratante.

Todo ayuda, porque para vencer el coronavirus se necesita de todos, mucha actitud positiva y mucho amor. Eso, y pensar que ya vendrán tiempos mejores.

Sick Caucasian woman self isolating and social distancing in quarantine lockdown during coronavirus

El presente texto fue preparado por una paciente que superó la COVID-19 mientras recibía tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Si tú también has superado la COVID-19 y quieres contar tu historia, envíanos un correo a testimonios@soypositivo.gt

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