Cada uno reacciona de manera distinta a las situaciones de estrés
La manera en la que responde ante el estrés durante la pandemia del COVID-19 puede depender de sus antecedentes, el apoyo social de familiares o amigos, su situación financiera, su salud y antecedente emocional, la comunidad en la que vive y muchos otros factores. Los cambios que pueden suceder debido a la pandemia del COVID-19 y la manera en que intentamos controlar la propagación del virus pueden afectarnos a todos.
Cuide su salud mental
La salud mental es una parte importante del bienestar y la salud en general. Nos afecta en la manera de pensar, sentir y actuar. También afecta la manera en que manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones durante una emergencia.
Las personas con problemas de salud mental prexistentes o trastornos por consumo de sustancias pueden ser especialmente vulnerables en una emergencia. Las afecciones de salud mental (como depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia) afectan la manera de pensar, sentir y comportarse de una persona de manera tal que influye sobre su capacidad para relacionarse y desempeñarse a diario. Estas afecciones pueden ser situacionales (corto plazo) o crónicas (largo plazo). Las personas con problemas de salud mental preexistentes deben continuar con el tratamiento y estar atentas a la aparición de síntomas nuevos o al agravamiento de sus síntomas. Si cree que tiene nuevos síntomas o se agravaron sus síntomas, llame a su proveedor de atención médica.
Recuperación del COVID-19 o fin del aislamiento en el hogar
Puede resultar estresante el hecho de que lo aíslen del resto de las personas si ha estado expuesto al COVID-19. Cada persona puede sentirse de diferentes manera una vez que finaliza el periodo de aislamiento en el hogar.
Las reacciones emocionales pueden incluir:
- Sentimientos encontrados, incluida la sensación de alivio.
- Temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos.
- Estrés a raíz de la experiencia de tener COVID-19 y monitorearse o ser monitoreado por otros.
- Tristeza, enojo o frustración porque sus amigos o sus seres queridos tienen temor de contraer la enfermedad por tener contacto con usted, aun cuando se haya determinado que usted puede estar rodeado de personas.
- Culpa por no poder desempeñar sus tareas habituales o sus obligaciones parentales mientras está infectado por el COVID-19.
- Preocupación ante la posibilidad de volver a infectarse o enfermarse nuevamente aunque ya haya tenido COVID-19.
- Otros cambios en la salud emocional o mental.
Los niños también pueden sentirse molestos o tener otras emociones fuertes si ellos, o alguien que conocen, tienen COVID-19, incluso si ahora están mejor y pueden estar rodeados de personas.